Día Turístico en Los Ángeles
Los Ángeles es una ciudad inmensa. Creo que con eso explico todo lo de hoy. Después del día turístico quedamos exhaustas, y mientras escribo esto se me cierran los ojos.
Esta mañana íbamos a dormir hasta tarde, pero creo que ya estamos programadas para que a las 7am estemos como dos lámparas sin podernos volver a dormir.
Después de la Villa, nos llevó a Santa Mónica, caminamos por las calles llenas de almacenes, por la playa y el puerto. Incluso un Miércoles es lleno de gente. No entiendo si es que la gente no trabaja o si todos somos turistas; y luego hicimos lo mismo, pero en Venice, un barrio que tiene canales de agua que lo atraviesan. Tristemente, por la sequía son simplemente canales secos, pero me imagino que en la vida normal se debe ver bien bonito.
Cada lugar que recorrimos parecía una ciudad diferente. En realidad siento que hoy recorrí 7 u 8 ciudades... no entendí y no me pareció que Los Ángeles tenga una coherencia ni un orden lógico, es más... sigo perdida, creo que no alcancé a entender bien el recorrido que hicimos, sin embargo era necesario conocer, al fin y al cabo es una de las ciudades más famosas del mundo, pero irónicamente, siento que hace mucho tiempo no montaba tanto en carro... Ya al final del día no veía la hora de bajarme. El tráfico es caótico, el tiempo que toma llegar de un lugar a otro es increíble comparado con la poca cantidad de millas que recorres y la cantidad de carros que hay se vuelve muy abrumadora.
No pudimos disfrutar bien el observatorio que fue nuestra última parada del día precisamente por la cantidad de carros que había. Daniela nos hizo bajar del carro y correr alrededor del observatorio para por lo menos verlo rápidamente mientras ella daba la vuelta por el parqueadero, parecíamos dos locas corriendo por toda la gente buscando el letrero de Hollywood.
Terminamos de nuevo comiendo sushi con los mismos amigos de ayer. El sitio de hoy fue increíble, una manera nueva de comer sushi. 15 puestos en el restaurante, no hay menú, simplemente pides cuántos "hand rolls" quieres y te los empiezan a poner en frente uno tras otro. Simple rollo de arroz, pescado y alga, no te puedes mover del puesto de donde te sientas porque dañas todo el mecanismo del restaurante, y a los 15 minutos estás listo, pagando la cuenta. Me encantó, completamente recomendado al que venga a Los Ángeles.
De ahí, nos "obligaron" a hacer una última parada para pasar un poco más de tiempo juntos pero no creo que haya sido tiempo de calidad porque éramos, literal 3 zombies con ganas de cama. En general el día fue muy exitoso, gran guía turística, lugares muy interesantes, compañía estupenda y comida deliciosa... ¿qué más se puede pedir?... lo único sería de pronto una cama.


La verdad...no está LA en la lista de lugares por volver. Se salva Dani con su hospitalidad y los amigos de Berklee. AH Y EL SUSHI!
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