Día Turístico en Santa Fé

Santa Fe nos sorprendió desde que salimos de la casa. A propósito, la casa donde nos quedamos es una casa con 3 cuartos para alquilar, entonces es una especie de hotel. Mucho más impersonal que las otras experiencias pero también es bueno un descanso a veces. Todo estaba en perfectas condiciones y como en realidad llegamos y caemos como piedras, no importa mucho si tiene lujos o no.

Salimos a desayunar a un café 100% recomendado por todos los medios, (Café Pasquale) y cuando llegamos nos dimos cuenta por qué. El sitio es encantador, la decoración, las sillas, las mesas, la música, el olor… Y obviamente la comida. Nos comimos un desayuno delicioso. Perfecto para empezar el día!

De ahí nos pasamos de almacén en almacén mirando artesanías más que todo mejicanas, arte con cuarzos, y joyería tradicional americana. Increíble la cantidad de galerías de arte… se podrán imaginar que yo estaba en el paraíso.

Si, en verdad lo estaba, lo único es que espero que mi paraíso sea un poco más fresco. Nos estábamos DERRITIENDO del calor a las 12 del día. El sol picante del desierto se sentó en la mitad del cielo de 11 a 1. En ese tiempo aprovechamos para ir a “la casa más antigua de EEUU”,  la capilla San Martín y el Museo de Arte y Cultura Indígena. 

Cuando salimos, vimos que la ciudad estaba un poco caótica, había policía por todas partes y la gente estaba haciendo algún tipo de manifestación. Pues el Arzobispo estaba visitando y la gente estaba entrando pánico de la emoción… Mariana y yo nos paramos en un muro a ver los bailes con panderetas que le tenían preparados y disfrutamos un rato del show.

Cuando ya habíamos recorrido cada almacén del centro, salimos hacia Ojos Calientes. Un spa famoso por los baños de lodo y las piscinas naturales a 1 hora de Santa Fe.

Allá terminamos cubiertas de pantano, como unos hipopótamos tratando de protegerse del sol. Nos reímos como locas y disfrutamos un rato de las piscinas, el sauna y el turco. El vestier nos pareció un poco traumático porque por más abierta que tenga uno la mente, viniendo de la cultura de la que venimos, nunca va a ser fácil ver a 15 mujeres empelota secándose el pelo y conversando relajadísimas como si todo estuviera ok. (Mariana y yo súper expertas haciendo “cortinita” con la toalla como hacíamos cuando estábamos chiquitas la una tapando a la otra…)

En fin, ya estamos en la casa donde vamos a dormir hoy, es de nuevo en la mitad de la nada, pero es una casita para nosotras solas. La dueña vive en otra justo al lado. No hay casi internet y no hay nada cerca entonces volveremos a las nueces y las granolas y nos dormiremos más temprano que tarde porque mañana nos espera una larga manejada hacia Flagstaff, Arizona.

(El internet es terrible, mañana subo más fotos!)