Tuesday, June 9, 2015

Saint George - Las Vegas

119 millas, 1hora y media de camino


Bueno, si ayer estaba preocupada por el cambio de naturaleza a civilización, tenía buena razón. Las Vegas nos recibió como un balde de agua helada, aunque de helada nada porque la temperatura era de 38º, que se multiplican cuando el calor rebota del cemento y los edificios… La cantidad de carros y el tumulto de gente nos abrumó desde que llegamos.



Parqueamos en el hotel MGM Grand que es en una de las esquinas del “strip”  (la calle principal con todos los hoteles famosos), y empezamos nuestro recorrido. Ese es el plan aquí, conocer hoteles que lo tienen todo: Cada hotel tiene un show específico, el teatro para ese show, un restaurante de un cocinero famoso, casino y millones de almacenes. (Si todo esto mencionado anteriormente tiene un tema decorativo, mejor).




Ayer nos estripaba la inmensidad de las rocas, hoy nos estripó la inmensidad y la diversidad arquitectónica de los edificios del “strip”. París, Nueva York, Grecia, Roma y hasta el mercado de Barcelona, llenos de luces incluso a las 10 de la mañana. Nos caminamos los hoteles enteros: New York, New York, Montecarlo, Aria, Bellagio, Cesars Palace, Venetian, Palazzo, Miracle y MGM. Cada uno con sus casinos y nos divertimos con las decoraciones, que en muchos casos, (probablemente en todos), que pena decirles, pero son más bonitas las de El Tesoro en navidad (mucho decir).


Almorzamos en el restaurante de Gordon Ramsey, un cocinero famoso inglés, y comimos postre en la pastelería de Buddy, otro cocinero con programa de televisión; nos sentamos en los casinos a mirar a la gente jugar, y a sorprendernos con lo que hace una pantalla en un ser humano. Todos son ensimismados como si estuvieran hipnotizados. Y aquí, están por todas partes. Para donde uno mire hay una pantalla vendiendo, mostrando, invitando… Estos si son los expertos en entretenimiento y ventas.

Todo es completamente exuberante y exagerado, y yo sigo sin entender por qué vimos tantas familias con niños de 1 y 2 años paseando en Las Vegas… en fin. También fuimos a las capillas donde se casan los borrachos. Tampoco entendemos cómo llegan los borrachos y no se rinden a mitad de camino, si caminamos por ahí 1 hora dentro de los hoteles buscándolas… Pero es un negocio buenísimo casarse aquí porque si te casas en las capillas del Bellagio, te regalan un bolso que dice “Bellagio”… Lo estoy considerando fuertemente.


A las 3:00 salimos a ver el show de las fuentes del Bellagio, en realidad es un show muy bonito, y mientras lo veíamos nos dimos cuenta del negocio latino #1 en verano: Vender botellas de agua fría. Obviamente con el inconfundible acento. Tanto, que yo solo oía “GUARO!, GUANDOLO!”  y me demoré en entender que en realidad lo que estaban gritando era: “Water, one dollar”.



El calor y la caminada eterna nos agotó y nos fuimos a refrescar a la casa antes de el show del Circo del Sol.  Este show si nos tenía muy emocionadas. Y con obvias razones. ¡Qué espectáculo! Nos quedamos sinceramente sin palabras.




Esta ciudad es una cosa muy impresionante. No tiene que ser nuestro plan preferido para también quedarnos anonadadas con la industria que se ha formado aquí. Esto es un mundo muy distinto, el real entretenimiento y el real capitalismo. En mi opinión y solo como observación un tanto negativa pero también, en algunos casos completamente positiva… el mundo está completamente loco.




2 comments:

  1. Me reí mucho con esta crónica del día! Básico el regalo del Bellagio. Además se ahorra uno una platica casándose allá! Los vendedores de agua, únicos.
    Envidia del Circo del Sol, eso sí.

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  2. En las Vegas la vida se le va a la gente por una ranura! Para mi es "The Fake City" Pablo

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